martes, 8 de enero de 2013

Por lo que nos queda por vivir.



Quizá lo único que hace falta sea abrir la mente, dejar que los dedos fluyan por las letras del abecedario construyendo palabras, palabras que puede que tengan sentido o que luego las releas y parezca un jeroglífico.
Un año  seis meses y dieciséis días exactamente , y aunque nada es igual, nada ha cambiado. Y lo empiezas a recordar todo pero luego paras en seco y dices, ¿para qué sirve eso? Lo tenemos todo guardado, no se nos va a olvidar; ahora hay que centrarnos en el ahora, en el presente, en qué hacer, en cómo reaccionar… No sirve de nada comparar, nosotros siempre seremos nosotros ayer, hoy o mañana.
Igual ya estoy mezclando palabras, y no me entiendo ni a mí misma, como en aquel blog que te costó tanto descifrar. Pero mira aún aparece una sonrisa tonta cuando pienso que leías todos y cada uno de mis blogs.
Hoy, nueve días después, me sigue costando plasmar mis sentimientos. Y depende mucho en que momento del día estés, quizás ahora puedo empezar a escribir cosas espantosas y luego llegue esta noche encanta de la vida y empezaría a escribir “te echo de menos “por todas partes.
No pido que me entiendas en todo, ni que compartamos la misma opinión en todos los asuntos. Solo te pido que me aguantes cuando me ponga tonta, que no pierdas los nervios si yo los pierdo. Simplemente quiero disfrutar, vivir, querernos.  Te lo he dicho muchas veces, te lo volveré a repetir, somos jóvenes y estamos enamorados, no sé qué problema hay. ¿Sabes? Quiero recorrer el mundo contigo.
Todo esto empezó para escribir una entrada de blog, y ahora se ha convertido en una carta para ti. ¿Sabes lo que no quiero?  Llegar un día, abrir la caja y ver que echo de menos todos esos momentos, porque aunque quisiera volverlos a vivir me encantaría estar viviendo más y estar llenando la caja con miles de recuerdos más.
No quiero lo sientos, no quiero discusiones, no quiero nada de eso. Estoy cansada de eso.
Yo solo quiero sonrisas y abrazaos y “te amo” ‘s; quiero llegar a casa y desear hablar contigo otra vez por teléfono, quiero más escapadas de fines de semana, aunque  mis vacaciones estén tumbados contigo en cualquier lado, haya playa, montaña, sol o sombra.
Aún estoy buscando la formula exacta para hacer la pócima mágica que consiga que nos demos cuenta de lo que tenemos, para que nunca nos perdamos .Creo que por ahora lo estoy consiguiendo…
Gracias por este 2012, por llenarme de ilusión por hacerme creer en algo, en nosotros en la palabra amor, gracias por ser como eres, y gracias por hacer que yo sea así.
Al 2o13 solamente  le pido lo mismo que el año pasado, que aquello del ''año nuevo, vida nueva'' nunca me gustó.
Así que pido vivir con ganas y sin prisa.
Verte sonreír.
Crear, creer y que me sigas emocionando.

martes, 24 de abril de 2012

Y te paras a pensar y dices, ¿ya han pasado diez meses? Ya diez meses.. se dice pronto.
Diez meses llenos de sonrisas, de ilusiones, de besos, de cariños, de momentos inolvidables, también diez meses de lágrimas, de enfados y de lloros. Diez meses para construir el principio de nuestra vida, para asegurarnos de que siempre lo íbamos a recordar. Diez meses para crear sueños para el futuro.
Y de pronto, ya es abril otra vez, vuelve la primavera aunque aún haga frio, y hace poco ha sido tu cumple. Y te empiezas a acordar de todos aquellos sábados que deseabas verle para que te dijera cualquier cosa, cuando estabas ansiosa por conectarte al ordenador solo para hablar con él, cuando hablabais de las chorradas más chorradas del mundo. Te acuerdas del primer beso, de las dudas de que pensara el otro, de eso que había crecido en tu interior que se iba haciendo más y más grande y se iba apoderando de ti, eso que no sabías controlar, que lo sentías cuando le veías, cuando te lo intentabas negar a ti misma. “marta, no te gusta” , y le veías y sonreías, y era un autor reflejo.
Sonríes y recuerdas más, y recuerdas miles de sentimientos y como te pintabas las uñas cada vez de un color para que lo vieras, cuando quedabais y estábamos toda la tarde sentados en un banco, cuando le quitaste el reloj y te compraste uno igual.
Ahora pienso, que yo pensaba que tenía confianza, ¿confianza? Comparado ahora no es nada. Y me encanta, me encanta saber que puedo decir todo, y hacer todo. Que de pronto hago el tonto y no me importa, porque me ha hecho que sea como soy, no tengo que andar mirando que pensara de mí, si me apetece hacer o decirle algo lo hago y punto.
Y de pronto han pasado diez meses. Y la gente te dice ¿diez meses ya Y piensas, te acuerdas cuando hablábamos que íbamos a dar en los morros a la gente porque íbamos a estar juntos toda la vida? Pues cada vez les estamos dando más en los morros. ? Y dices ¡sí!, diez meses, y los que quedan.
Porque nos queremos, porque estamos enamorados, porque lo nuestro es diferente, es especial.

martes, 20 de marzo de 2012

Recordemos el pasado, el presente y el futuro.

Entra en tu mente, y lo revisas todo, cada recoveco, cada pequeño detalle escondido detrás de otro recuerdo que parecía más importante.
Minuciosamente, sin que nada se escape.
Y, de repente, se te escapan unas pequeñas lagrimas, y todo eso es porque has encontrado el primer beso dentro de ese manojo de recuerdos de millones de besos más dados.
Se juntan tantos que a veces no sabes cual va antes y cual después. Por eso, procuro guardarlo todo, apuntarlo en una agenda, o refrescar la memora con él de vez en cuando. Esas son las mejores conversaciones.
Y luego, es cuando comenzamos a soñar, y a recordar el futuro, y tenemos una cartulina de sueños. Como cuando vimos un buzón en el que ponía "Deposite aquí sus sueños"; ¿ves? otro recuerdo más.
Quizá no me hace falta decir nada para que se acuerde de todo, y si alguna vez se le ovlida, no dudadré en descolgar el teléfono y marcar esas nueve cifras que me se de memoria y de cirte por todo lo que vale la pena luchar, por todo lo que nos queda por construir, por crear juntos.
Y le recordaré nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro.

lunes, 30 de enero de 2012

A veces es bonito saber que tienes tantas cosas que perder.

Se sentó en el hueco donde solía ponerse cuando algo la preocupaba. Se sentó y trató de poner la mente en blanco. De pronto la invadieron recuerdos de cuando lloraba porque había discutido con sus padres o por alguna causa estúpida, siempre se miraba al espejo que tenía justo a la derecha y pensó que esta vez no quería llorar.
Estaba feliz, era feliz, no tenía motivos para el cual no estarlo; él la quería, ella le quería a él, se querían, todo era perfecto.
Pero aún así sentia algo de tristeza, pero no era de ese tipo de tristezas malas, sino era una tristeza buena, seguro que sabe de lo que estoy hablando. Quizás era ese sitio que hacia más sensible a las personas de lo que de verdad eran, y eso que ella ya era sensible de por sí.
"¿Y si se acababa todo? ¿Cómo iba a vivir sin él? ¿Sin su sonrisa?" - Intentaba poner la mente en blanco - "No lo pienses, es peor"
Dirigió su mirada al frente y vió que seguía colgado su horario de sexto de primaria, habían pasado ya cinco años, como pasaba el tiempo "¡Para! El tiempo..." - Todo estaba encadenado, era una cadena de engranajes perfectamente diseñada, predestinada a que ella tuviera que pensar en eso en ese justo instante.
Quería pasar todo su tiempo con él, todo. Quería hacerlo todo con él. ¡Era feliz! ¡feliz! y nadie la podia hacer cambiar de opinión.
Se acordño de sus abrazos y paró de estar triste, luego de su sonrisa y sonrió, despés se acordó de sus besos y claro, sonrió aún más. Se preguntó si en ese momento estaría pensando en ella como ella en él cuando de repente sonó un zumbido, era el movil, estaba en silencio para que no le sonara en clase como anteriormente. Se levantó y lo cogió; alguien la llamaba, era él. Sonrió como nunca, había llamdo en el instante perfecto.. entonces contestó al teléfono.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Y ese beso bajo la lluvia.

Era un día nublado, triste y gris. Cuando no llovia, chispeaba y ami se me encrespaba el pelo.
Parece que iba mejorando la cosa, las siete menos diez, y allí estaba él. Siempre esta él. Nunca faltan sus besos, y sus abrazos, nunca falta ese cariño tan especial. Y esque quien no ha estado enamorado, no va a entender el amor. ¿sabes? nunca había estado enamorada, y sé de lo que hablo; de la gente que habla sin saber, que juzga sin ni siquiera haberte parado a contemplarlo e intentar comprenderlo, claro, siempre es mas facil echar las culpas. Pero me da igual, mientras yo este refujiada, mojada por la lluvia, abrazada a ti, en una casita del parque soy feliz. Feliz, sí FELIZ y nunca lo he sido tanto, así que por favor, ya que vosotros ni os molestais en comprenderlo, dejad disfrutar a los demás, porque no he sido tan feliz nunca, y os asguro que es genial.


Es increíble como pueden cambar las cosas, seguia siendo un día nublado y gris, pero un día genial. Y llovía, llovía mucho y tenia el pelo más encrespado y despeinado que nunca, pero él no dudo ni un momento en decirme lo guapa que estaba.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Hoy me siento tan grande, por tenerte a mi lado.

¿Sabes? es esa seguridad que tienes, que sabes, que no vas a poder dejar de querer a alguien, porque simplemente no te quedaria nada. Porque es en lo primero que piensas cuando te despiertas, y con quien quieres estar todo el dia, que es quien inunda toda tu cabeza, y parece que no se puede querer más, y parece tan facil. Que no soy sin ti.





Y yo lo que quiero son muchas más primaveras, inviernos, otoños y veranos...

martes, 16 de agosto de 2011

.

Sabes, es como cuando tienes un tarrito donde lo guardas todo, lo que encuentras por ahí lo metes, son pequeñas cosas, una moneda de cinco céntimos, un trozo de goma de borrar, una horquilla, o un pequeño papelito que no pone nada en especial pero por si acaso también lo guardas. Y bueno, siempre estará tu madre que vendrá mirará ese tarro y pondrá las cosas en su sitio, y podremos llenarlo de nuevo. Pero ¿sabes? El problema es cuando tu madre este cansada y no lo haga, y rebose, y ya no sepas donde guardar las cosas.
Y yo lo que no quiero es guardar cosas que no me sirven de nada, porque tengo más horquillas, y las monedas de cinco céntimos solo me sirven para un chicle, y siempre puedo escribir mil historias en trozos de papel.




Pero bueno, no me hagáis caso, solo hablo de un tarrito.